Desde mi perspectiva creo que no se puede entender el desarrollo jurídico de los países latinoamericanos sin tener en cuenta de manera concreta el contexto político y económico en el que ha ocurrido. Es así que nuestra historia como región ha estado marcada por procesos de independencia relativamente similares, pero lo que vino después las dictaduras militares, las democracias frágiles, los constantes vaivenes económicos, y la fuerte presencia del neoliberalismo en las décadas de los 80 y 90 ha tenido un impacto directo en cómo se han construido nuestras instituciones jurídicas y cómo se entiende el Derecho en cada país, marcando de esta forma un antes y un después en América Latina.
Podemos mencionar entonces que los periodos de dictadura llevaron a una transformación del derecho constitucional y administrativo, afectando la relación entre los ciudadanos y el Estado. En otros casos los cambios políticos han generado reformas constitucionales profundas, incluso en lapsos muy breves de tiempo. Esto ha producido sistemas jurídicos que muchas veces no logran estabilidad, lo cual genera inseguridad jurídica, afectando de manera directa a distintos paises.
A nivel económico, la deuda externa, la influencia del FMI y los modelos de ajuste estructural condicionaron muchas reformas legales, sobre todo en el ámbito del derecho económico, laboral y social, dando lugar a que el Derecho Comparado en América Latina no sea simplemente una herramienta académica para identificar semejanzas o diferencias legales, sino una necesidad práctica. Al comparar sistemas jurídicos dentro de la región, no solo descubrimos las influencias extranjeras comunes, sino también cómo cada país ha adaptado esas influencias según sus propias realidades políticas. Por eso, estudiar el Derecho Comparado latinoamericano no es solo mirar "el otro derecho", sino también entendernos a nosotros mismos en un espejo compartido, con historias similares pero respuestas jurídicas distintas.
Entonces puedo concluir que los contextos políticos y económicos no solo han moldeado nuestras leyes, sino también la forma en que concebimos la justicia, el papel del Estado y los derechos de los ciudadanos, este ultimo siendo fundamental dentro de un estado. Esta evolución desigual, aunque a veces caótica, es lo que hace tan rica la comparación jurídica en América Latina. Nos permite reflexionar sobre nuestras propias fortalezas, limitaciones y posibilidades de cambio a futuro. Creo que allí está el verdadero valor del Derecho Comparado en nuestra región.