La exploración musculoesquelética es una evaluación médica que se realiza para examinar el estado de los músculos, huesos, articulaciones, tendones y ligamentos. Su objetivo es detectar dolor, debilidad, deformidades, rigidez, inflamación o limitaciones en el movimiento e identificar disfunciones que afectan a la funcionalidad. Esta evaluación orienta al fisioterapeuta para establecer un diagnóstico fisioterapéutico y diseñar un tratamiento individualizado.
La palpación permite localizar puntos dolorosos, contracturas musculares o alteraciones articulares. Posteriormente, se evalúa el rango de movimiento, tanto activo como pasivo, valorando amplitud, dolor y calidad del movimiento. También se realizan pruebas de fuerza muscular mediante test musculares manuales para determinar la capacidad contráctil y resistencia de los músculos. Además, se aplican pruebas ortopédicas específicas para detectar lesiones articulares, tendinosas o ligamentosas.
En muchos casos, se evalúa también la marcha, la postura y la función del paciente en actividades de la vida diaria. Toda esta información permite al fisioterapeuta formular objetivos terapéuticos y seleccionar intervenciones adecuadas.
Para qué se utiliza:
- Diagnosticar lesiones o enfermedades del sistema musculoesquelético (como artritis, esguinces, fracturas, contracturas, etc.).
- Evaluar el rango de movimiento y fuerza muscular.
- Guiar tratamientos o rehabilitación física.
Pasos de la exploración:
- Inspección visual del cuerpo (postura, simetría, hinchazón, deformidades).
- Palpación de huesos, articulaciones y músculos para detectar dolor o anormalidades.
- Evaluación del rango de movimiento (activo y pasivo).
- Pruebas específicas según la región (hombro, rodilla, columna)