El diagnóstico fisioterapéutico es un proceso clínico mediante el cual el fisioterapeuta identifica disfunciones del movimiento y limitaciones funcionales derivadas de alteraciones en los sistemas musculoesquelético, neurológico, respiratorio o cardiovascular. A diferencia del diagnóstico médico, que se enfoca en la patología, este se centra en cómo la condición afecta la movilidad, la funcionalidad y la calidad de vida del paciente. Su objetivo es establecer la relación entre los síntomas, la causa funcional y las restricciones en la actividad o participación. Este proceso comienza con la recolección de datos a través de una anamnesis detallada, seguida de la exploración física, que incluye la observación postural, evaluación del rango de movimiento, fuerza muscular, coordinación y pruebas funcionales. Luego se realiza un análisis clínico en el que se identifican patrones de disfunción y se formula una hipótesis. A continuación, se establece el diagnóstico fisioterapéutico como una declaración funcional que guía la intervención. Después, se definen los objetivos terapéuticos y se diseña el plan de tratamiento individualizado. Finalmente, se implementa una evaluación continua para valorar la evolución y ajustar las estrategias. Este enfoque permite intervenciones precisas, personalizadas y basadas en evidencia. Según Gutknecht y Pérez (2010): “El diagnóstico fisioterapéutico se centra en la evaluación del movimiento y la función, facilitando la planificación terapéutica específica”.
Bibliografía:
Gutknecht, M. T., & Pérez, J. M. (2010). Diagnóstico en Fisioterapia: Principios y Aplicación Clínica. Editorial Médica Panamericana.
Diagnóstico fisioterapéutico
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