La CIF proporciona un lenguaje común y un enfoque holístico que permite a los profesionales de la salud y otros involucrados comprender mejor la experiencia de una persona, incluyendo factores ambientales y personales que pueden afectar su funcionamiento.
1. Evaluación:
Se utiliza para identificar las áreas de funcionamiento que están limitadas o comprometidas, así como los factores ambientales que pueden estar obstaculizando o facilitando el funcionamiento de la persona.
2. Planificación:
Ayuda a definir los objetivos de la intervención, seleccionando las estrategias y actividades más adecuadas para mejorar el funcionamiento de la persona y promover su participación.
3. Intervención:
Se puede utilizar para monitorear el progreso de la persona y ajustar la intervención según sea necesario.
4. Evaluación del progreso:
Permite evaluar la eficacia de la intervención y determinar si se han logrado los objetivos propuestos.
Este enfoque se estructura sobre cuatro pilares principales:
· Mejorar funciones y estructuras corporales alteradas: A través de técnicas clínicas específicas como fisioterapia, terapia ocupacional, intervención médica, psicoterapia, entre otras. Por ejemplo, se interviene para restaurar fuerza muscular, movilidad articular o funciones sensoriales.
· Potenciar la actividad funcional: El tratamiento busca que el individuo pueda realizar tareas cotidianas por sí mismo, como vestirse, alimentarse, caminar o escribir. La intervención se adapta a las capacidades actuales de la persona, promoviendo la independencia y la eficiencia funcional.
· Facilitar la participación social: Se trabaja para lograr que el paciente se reintegre a su contexto social, laboral, educativo o familiar. Esto implica apoyo psicosocial, entrenamiento de habilidades, adecuaciones en el entorno o uso de tecnología asistiva.
· Modificar factores contextuales negativos: Se interviene sobre el entorno físico (barreras arquitectónicas), social (actitudes, apoyo), y sobre la provisión de recursos y ayudas técnicas. También se considera el rol de los factores personales, como motivación, autoestima o experiencias previas, que influyen en la evolución funcional.
1. Organización Mundial de la Salud. (2001). Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud: CIF. OMS. https://www.who.int/classifications/icf