La intervención en fisioterapia basada en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF) permite crear tratamientos centrados en la funcionalidad y la participación del paciente. A diferencia de modelos con enfoques biomédicos, la CIF orienta al fisioterapeuta a intervenir considerando no solo las deficiencias físicas, sino también los factores personales y ambientales que afectan la recuperación.
Durante la intervención, se establecen objetivos específicos que aborden las actividades que el paciente desea o necesita recuperar, como caminar, vestirse o reincorporarse al trabajo. Esto garantiza que el tratamiento sea relevante y significativo. Además, se consideran factores del entorno que pueden ser modificados, como eliminar barreras arquitectónicas o fomentar el apoyo social y familiar.
El fisioterapeuta también trabaja sobre funciones corporales, como la fuerza, el equilibrio y la coordinación, pero con la finalidad de mejorar la participación del paciente pues la intervención se adapta constantemente según los progresos observados en la funcionalidad.
La CIF prioriza y apoya todas las intervenciones que promuevan la autonomía, la integración social y la calidad de vida. En este marco, el tratamiento fisioterapéutico se convierte en un proceso dinámico, centrado en las capacidades del paciente y su entorno, no solo en su patología.
Bibliografía
Galeano, S. M. C. (2023). Aplicación de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud versión para la infancia y la adolescencia (CIF-IA) en fisioterapia con método específico en paciente con hipotonía y retraso en el desarrollo motor secundarios a síndrome de Bainbridge-Ropers. Revista Colombiana de Medicina Física y Rehabilitación, 33(1), 86-99. https://doi.org/10.28957/rcmfr.382