TALLER-FORO: PREECLAMPSIA

TALLER-FORO: PREECLAMPSIA

de CANDO CHUQUIMARCA GISSELA NOEMI -
Número de respuestas: 1

a.- ¿Qué es preeclampsia?

La preeclampsia es una enfermedad del embarazo caracterizada principalmente por hipertensión arterial (presión sanguínea ≥140/90 mmHg) y proteinuria (presencia de proteínas en la orina) que se desarrolla generalmente después de la semana 20 de gestación en una mujer previamente normotensa. Es una de las principales causas de complicaciones obstétricas, y puede afectar tanto la salud de la madre como la del feto. Además de hipertensión y proteinuria, también puede presentarse con daño a otros órganos como el hígado, los riñones, el sistema nervioso central y la coagulación sanguínea.

Según la Organización Mundial de la Salud (2023), se estima que entre el 2% y el 8% de los embarazos en todo el mundo se ven complicados por preeclampsia, representando una de las principales causas de mortalidad materna y perinatal, especialmente en países en vías de desarrollo.

La preeclampsia es una patología compleja que requiere un diagnóstico oportuno, un manejo cuidadoso y la monitorización constante de la presión arterial y los niveles de proteínas en la orina. Dado que afecta a un porcentaje significativo de embarazadas, es esencial que los sistemas de salud pública estén equipados para reconocerla y tratarla de manera adecuada para reducir los riesgos asociados.

b.- ¿Cómo incide los factores angiogénicos en la preeclampsia?

Los factores angiogénicos desempeñan un papel crucial en el desarrollo adecuado del sistema vascular placentario durante el embarazo. En condiciones normales, el equilibrio entre factores proangiogénicos como el factor de crecimiento placentario y el factor de crecimiento endotelial vascular, y factores antiangiogénicos, permite el crecimiento saludable de los vasos sanguíneos en la placenta.

Levine et al. (2004), en un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, demostraron que los niveles de sFlt-1 aumentan semanas antes de la aparición clínica de la preeclampsia, lo que sugiere su valor no solo en el entendimiento de la fisiopatología, sino también como herramienta diagnóstica y pronóstica.

El estudio de los factores angiogénicos ha abierto una vía prometedora para la identificación temprana de la preeclampsia, ya que la medición de estos marcadores podría ayudar a predecir el desarrollo de la enfermedad mucho antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Este conocimiento también facilita el desarrollo de posibles tratamientos dirigidos a restaurar el equilibrio angiogénico y, por lo tanto, prevenir o mitigar los efectos de la enfermedad.

c.- ¿Cuáles son los síntomas de la preeclampsia?

Los síntomas de la preeclampsia pueden variar en intensidad y presentación, pero en general incluyen:

  • Hipertensión arterial: presión sanguínea igual o superior a 140/90 mmHg, medida en dos ocasiones separadas por al menos 4 horas.

  • Proteinuria: excreción de 300 mg o más de proteínas en la orina en 24 horas, o una relación proteína/creatinina ≥0.3.

  • Edema: hinchazón en rostro, manos y piernas, aunque no siempre está presente.

  • Dolores de cabeza severos y persistentes que no mejoran con analgésicos.

  • Trastornos visuales como visión borrosa, luces centelleantes o pérdida temporal de visión.

  • Dolor epigástrico o en el hipocondrio derecho, relacionado con distensión hepática.

  • Disminución en la diuresis (orina), lo que indica posible compromiso renal.

Los síntomas de la preeclampsia son claves para su diagnóstico, pero es necesario que los profesionales de la salud consideren un enfoque integral, realizando pruebas complementarias como análisis de orina y monitoreo constante de la presión arterial. Además, es esencial que las mujeres embarazadas sean educadas sobre estos síntomas para que busquen atención médica de inmediato si los experimentan.

d.- ¿Cuáles son las cusas que generan la preeclampsia?

La etiología de la preeclampsia es multifactorial y aún no completamente comprendida, pero se sabe que su origen está vinculado al desarrollo anormal de la placenta. En un embarazo sano, las células del trofoblasto invaden de manera adecuada las arterias espirales del útero para convertirlas en vasos de baja resistencia, lo que asegura el suministro suficiente de sangre al feto. En la preeclampsia, esta remodelación vascular es insuficiente o incompleta, lo que lleva a una placenta hipóxica o mal oxigenada.

Esta mala perfusión placentaria estimula la liberación de citocinas inflamatorias, especies reactivas de oxígeno y factores antiangiogénicos, que entran en la circulación materna y provocan inflamación sistémica y disfunción del endotelio vascular.

Factores de riesgo que predisponen al desarrollo de la enfermedad incluyen:

  • Primigestas (primer embarazo).

  • Edad materna extrema (adolescentes o mayores de 35 años).

  • Embarazos múltiples (gemelos, trillizos).

  • Antecedentes familiares o personales de preeclampsia.

  • Obesidad o sobrepeso.

  • Condiciones médicas previas como hipertensión crónica, diabetes mellitus, lupus eritematoso sistémico o enfermedades renales.

Roberts y Hubel (2009), en su propuesta del modelo de “dos etapas” de la preeclampsia, explican que primero ocurre una placentación anormal (etapa uno) y luego una respuesta inflamatoria sistémica materna (etapa dos), que manifiesta los síntomas clínicos.

La identificación de los factores de riesgo es crucial para un manejo adecuado de la preeclampsia. Si bien no se puede prevenir en todos los casos, los cambios en el estilo de vida y el control de enfermedades preexistentes pueden reducir la incidencia de la enfermedad. A medida que se avanza en la investigación sobre la fisiopatología de la preeclampsia, se espera que se desarrollen estrategias preventivas más específicas y eficaces.

e.- ¿Cómo tratar la preeclampsia?

El tratamiento de la preeclampsia depende de la severidad de los síntomas y de la edad gestacional al momento del diagnóstico. La única cura definitiva es la finalización del embarazo, ya que la placenta es el principal órgano implicado en el origen de la enfermedad. Sin embargo, en embarazos prematuros donde el feto aún no está suficientemente desarrollado, se debe intentar prolongar la gestación bajo estricto control médico.

Las estrategias de manejo incluyen:

  1. Tratamiento médico conservador (en casos leves y antes de la semana 37):

    • Reposo relativo y vigilancia clínica estricta.

    • Control de la presión arterial con antihipertensivos como labetalol, metildopa o nifedipino.

    • Evaluaciones seriadas del bienestar fetal (ecografías, doppler, monitoreo de movimientos fetales).

    • Exámenes de laboratorio frecuentes para controlar la función renal, hepática y hematológica.

  2. Maduración pulmonar fetal:

    • Administración de corticoides (betametasona o dexametasona) entre las semanas 24 y 34 para acelerar la maduración pulmonar del feto en caso de parto inminente.

  3. Tratamiento en casos graves:

    • Hospitalización inmediata.

    • Prevención de convulsiones con sulfato de magnesio.

    • Control más estricto de la hipertensión.

    • Monitoreo intensivo materno-fetal.

    • Interrupción del embarazo si hay deterioro clínico materno o fetal, sin importar la edad gestacional.

La ACOG (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2020) establece que en casos de preeclampsia grave o complicaciones, debe priorizarse la salud materna, incluso si es necesario inducir el parto antes del término.

El tratamiento de la preeclampsia depende del momento del embarazo y la severidad de la condición. En embarazos a término, el parto inmediato es generalmente la mejor opción. En casos más tempranos, se prioriza la prolongación del embarazo bajo estricto monitoreo hasta que sea seguro para el bebé y la madre. Esto subraya la importancia de una intervención temprana y de un manejo cuidadoso y personalizado.

Pregunta :

¿De qué manera los factores genéticos y ambientales interactúan en el desarrollo de la preeclampsia, y cómo podrían influir en su diagnóstico temprano?
Referencia:

  • Organización Mundial de la Salud (OMS). (2023). Preeclampsia and eclampsia: key facts. Recuperado de: https://www.who.int

Levine, R. J., et al. (2004). "Soluble endoglin and other circulating antiangiogenic factors in preeclampsia." The New England Journal of Medicine, 350(7), 672–683.

Roberts, J. M., & Hubel, C. A. (2009). "The two stage model of preeclampsia: variations on the theme." Placenta, 30(Suppl A), S32–S37.

ACOG. (2020). Hypertension in Pregnancy: Executive Summary. American College of Obstetricians and Gynecologists.




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