Hoy en día, las redes sociales son parte de nuestra vida. Tienen tanto cosas buenas como malas, todo depende de cómo las usemos: puede ser por trabajo, estudio o simplemente por entretenimiento. Plataformas mas comunes que nos mantienen conectados, pero también nos controlan más de lo que pensamos. Cada vez que vemos un video, damos like o escribimos algo, cayendo en esa trampa de querer aprobación, de vivir pendientes de los likes. Eso nos desconecta de lo que de verdad importa: quiénes somos, cómo nos sentimos, y lo que vale en la vida real. Lo más grave es que esto afecta nuestra salud mental. Se genera ansiedad, inseguridad, tristeza, y en casos extremos, hasta pensamientos de suicidio. Todo por esa presión constante de mostrarse “perfecto” o ser aceptado. Saben exactamente qué nos gusta y eso puede ser peligroso, porque sin darnos cuenta, estamos exponiendo nuestra vida y eso abre la puerta al acoso o a situaciones incómodas. La realidad es que el principal objetivo de las redes sociales es ganar dinero. Nosotros, con cada clic, publicación o comentario, les ayudamos a lograrlo. Y si no reaccionamos a su contenido, buscan formas de llamar nuestra atención. Nos manipulan usando nuestras propias acciones, por eso, aunque uno crea que está solo con su teléfono, en realidad nunca lo está. Siempre hay alguien o algo del otro lado observando lo que hacemos. El mal uso de estas plataformas puede llevarnos por caminos negativos, como ver contenido inadecuado o volvernos adictos a ciertos juegos. Claro, también tienen su lado bueno: podemos investigar cosas, estudiar, o hablar con familiares que están lejos. Pero sería bueno tomar un poco de distancia y volver a lo de antes: ir a bibliotecas, leer libros con calma, mejorar nuestra forma de pensar y entender el mundo, también hay que reconocer que muchas personas usan las redes como herramienta de trabajo. Hay emprendedores que venden sus productos ahí, o influencers que comparten mensajes positivos, consejos o motivación. Pero no todos son así. Hay quienes solo buscan fama, likes y aprobación. Muchos terminan creando una imagen falsa de sí mismos, comparándose con estándares de belleza irreales, y eso puede hacer que otros también se sientan mal consigo mismos, afectando mucho a jóvenes y adultos. Empiezas a dudar de quién eres, de por qué no eres como los demás, y eso te puede llevar a tener ansiedad, depresión o hasta pensamientos muy oscuros. En resumen, hoy en día es muy difícil saber qué es real y qué no en internet, pero lo importante es aprender a ver con claridad y tratar de quedarnos con lo que realmente vale la pena.
El dilema de las redes sociales
Se ha alcanzado la fecha límite para publicar en este foro, por lo que ya no puede publicar en él.