Debemos ver qué aunque idealmente todos los estudiantes, incluidos aquellos con necesidades específicas, deberían poder ingresar y desarrollarse en cualquier institución educativa, en la práctica esto depende en gran medida de la preparación y recursos con los que cuente cada centro. La inclusión educativa implica que las escuelas comunes adapten sus metodologías, infraestructura y personal para atender a la diversidad del alumnado. Sin embargo, no todas las instituciones están aún capacitadas para brindar el apoyo necesario. En ese sentido, algunas personas con necesidades muy específicas pueden beneficiarse más de instituciones especializadas que les ofrezcan una atención personalizada y un entorno adaptado. Lo fundamental es garantizar el derecho a una educación de calidad, equitativa y adecuada a las características de cada estudiante, ya sea en una escuela regular con los apoyos necesarios o en un centro especializado.