Sí, los estudiantes con necesidades específicas pueden y deben tener la oportunidad de ingresar a cualquier institución educativa, siempre que esta esté preparada para ofrecer una educación inclusiva. La educación inclusiva es un derecho respaldado por marcos legales internacionales y nacionales (como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad) que promueve la equidad, la participación y la no discriminación.

Sin embargo, no todas las instituciones están aún adaptadas para brindar los apoyos pedagógicos, tecnológicos o profesionales que algunos estudiantes requieren. En esos casos, una institución especializada puede ser una opción transitoria o complementaria, siempre y cuando se respete la dignidad, el desarrollo y la participación activa del estudiante.

Lo ideal es que las escuelas regulares transformen sus prácticas, currículos y entornos para atender la diversidad y asegurar el aprendizaje de todos. La inclusión no solo beneficia al estudiante con necesidades específicas, sino que enriquece a toda la comunidad educativa al fomentar la empatía, la cooperación y el respeto por las diferencias.