Los animales son seres vivos que merecen respeto y consideración, no herramientas descartables para la experimentación. Muchos de estos experimentos causan dolor, sufrimiento y estrés innecesarios a los animales, quienes no tienen como expresar su sufrimiento ni capacidad para consentir ser utilizados de esta manera.
Los avances en la ciencia y la tecnología han proporcionado alternativas viables y efectivas, como modelos de tejidos falsos, simulaciones por computadora y estudios epidemiológicos, que pueden reemplazar la necesidad de utilizar animales en investigación. Estas alternativas no solo son éticamente más aceptables, sino que también suelen ser más precisas y relevantes para los estudios en humanos.
Solo queda preguntarnos o pensar si ellos pudieran hablar ¿aceptarían ser parte de la ciencia?