Considero que uno de los principales retos al revisar los fundamentos teóricos radica en la confrontación interna que surge al contrastar nuestras creencias personales con ideas que, muchas veces, resultan opuestas o difíciles de aceptar. Desde pequeños hemos sido formados bajo ciertos valores y normas que moldean nuestra manera de percibir el mundo, por lo que enfrentarnos a teorías distintas puede generar confusión, resistencia o incluso rechazo. Además, aunque cada enfoque teórico intente ofrecer una explicación lógica, su aplicación práctica no siempre es sencilla, ya que la realidad en la que vivimos es compleja y está llena de matices. Esto hace que interpretar y aplicar dichas teorías sea un proceso profundamente subjetivo, obligándonos a un ejercicio de autocrítica y crecimiento personal. Asimismo, entender que no existe una verdad absoluta y que cada corriente aporta diferentes perspectivas puede generar conflictos internos que desafían nuestra manera habitual de tomar decisiones y actuar frente a los demás.