Viajar al pasado es posible gracias a la máquina del tiempo llamado libro, dado que leer ayuda a conectar con las ideas, sentimientos y conocimientos de nuestros ancestros, tal y como lo plantea Irene Vallejo en su entrevista en el programa Entre Pares que la lectura funciona como un puente que une generaciones, mismas que sirven para aprender, compartir, cuestionar y debatir pensamientos que siguen teniendo sentido hoy. Misma máquina del tiempo (libro) imperecedera se ha enfrentado a incendios, pandemias, saqueos y hasta guerras sin perder su valor a lo largo de la historia, debido a que el ser humano tarde que temprano pese a cualquier circunstancia busca la libertad y ser comprendido de alguna manera, aquel acto natural humano lo encuentra leyendo, quizá con un fin terapéutico.
En este sentido, se puede decir que la lectura más allá del entretenimiento o del aprendizaje tiene un fin terapéutico. Como lo hace notar Irene Vallejo, cuando escribió su obra El infinito en un junco, la autora sentía dolor por tener a su hijo en el hospital, entonces leer y escribir fue un desahogo que le sirvió para mantenerse firme y encontrar esperanza, convirtiéndose así la lectura en una herramienta para sanar. Del mismo modo, también están los cuentos para niños que padecen de cáncer, donde los protagonistas ayudan a los niños lectores a sentirse identificados y así juntos podrían superar su enfermedad.
Por lo tanto, la importancia de la lectura radica en que a través de ella permite ver al lector reflejado en los personajes, mismos que entienden sus emociones y no lo hacen sentir solo. En este sentido, se comparte la misma opinión con la autora de que la lectura tiene un poder sanador, ya que se puede conectar con el pasado y al mismo tiempo ofrece un consuelo para los momentos difíciles.