Sí creo que debería permitirse el aborto legal en casos de embarazos en adolescentes, pero únicamente en situaciones necesarias, como cuando el embarazo representa un riesgo para la salud física o mental de la menor, o cuando existen condiciones de vulnerabilidad extrema. No todas las adolescentes tienen el apoyo familiar, económico o emocional para continuar con un embarazo, y obligarlas a ser madres puede condenarlas a un futuro de pobreza, exclusión o frustración. Por eso considero que la ley debe contemplar casos específicos en los que el aborto sea una opción segura y legal, sin juzgar a quienes lo necesiten.

Sin embargo, más allá de legalizar el aborto en casos necesarios, creo firmemente que la mejor solución está en la educación. Desde temprana edad se debe enseñar a niños y jóvenes sobre su sexualidad, el respeto mutuo y la responsabilidad que implica cada decisión. Muchas veces los embarazos adolescentes ocurren por falta de información o por miedo a hablar del tema. Promover una educación sexual integral en las escuelas y en las familias es clave para prevenir estas situaciones y para que las y los adolescentes puedan tomar decisiones libres, conscientes y seguras sobre su cuerpo y su vida.