Sí, podemos afirmar que el bajo rendimiento escolar está fuertemente relacionado con la falta de sueño, incluso más que con la falta de esfuerzo. Dormir es una necesidad biológica fundamental para el buen funcionamiento del cerebro. Durante el sueño, el cerebro consolida lo aprendido, organiza la información y se recupera del desgaste diario. Cuando un estudiante no duerme lo suficiente, su capacidad de concentración, memoria y resolución de problemas disminuye, lo que afecta directamente su rendimiento académico.
Aunque el esfuerzo es importante, este pierde efectividad si no se acompaña de un buen descanso. Un alumno puede estudiar muchas horas, pero si lo hace sin dormir bien, su rendimiento probablemente será bajo. Por eso, dormir no es perder el tiempo, sino una inversión necesaria para aprender mejor y rendir más.
Aunque el esfuerzo es importante, este pierde efectividad si no se acompaña de un buen descanso. Un alumno puede estudiar muchas horas, pero si lo hace sin dormir bien, su rendimiento probablemente será bajo. Por eso, dormir no es perder el tiempo, sino una inversión necesaria para aprender mejor y rendir más.