Me gustó la carrera de arquitectura porque desde muy pequeña me a encantado la naturaleza y el arte, en esta carrera vi la oportunidad de poder crear espacios en donde pueda fusionar estas dos cosas que me gustan, y a medida que he ido creciendo me a llamado la atención las diferentes iglesias, museos, parques y edificios ecológicos que existen en mi ciudad (Quito), como el parqure "La Carolina", "La Basílica", etc. Admiro cómo ciertos enfoques arquitectónicos, como la arquitectura orgánica y sostenible, logran respetar y realzar los entornos naturales, creando armonía entre construcción y paisaje. Asimismo, la integración de las artes en el diseño arquitectónico, desde las esculturas hasta las formas expresivas, añade un valor emocional y cultural que enriquece cada proyecto. 

Para mí, la arquitectura es una herramienta poderosa que no solo transforma el entorno, sino también las emociones de quienes interactúan con él, además, me gusta la idea de que podamos crear espacios que puedan solventar las diferentes necesidades de las personas y mejorar su estilo de vida.