Es un adjetivo poco frecuente en español, derivado del latín ancillāris, que significa relativo a la ancila, es decir a la esclava. En el ámbito literario, el término ancilar adquiere un matiz particular, se utiliza para referirse a la literatura que no tiene un fin puramente literario sino que está al servicio de otros propósitos, como la divulgación científica, la enseñanza moral, la historia o la religión.