Les presento a María Perero Castillo, una mujer de 70 años de edad que reside en la ciudad de Riobamba, donde convive con su esposo, su hija y su nieto. Actualmente, no realiza ninguna actividad laboral remunerada, dedicándose exclusivamente a los quehaceres del hogar.
Durante la entrevista de valoración, se identificaron los siguientes signos antropométricos y vitales: talla: 1,54 m, peso: 68,5 kg, temperatura corporal: 36,5 °C.
La paciente refiere antecedentes quirúrgicos importantes, entre ellos:
•Ooforectomía derecha (extirpación del ovario derecho).
•Cirugía por síndrome del túnel carpiano.
•Pancreatectomía parcial por pancreatitis aguda.
•Safenectomía de miembro inferior derecho (cirugía de várices).
Sin embargo, María manifiesta que la intervención que más impacto emocional y psicológico le generó fue la cirugía por un carcinoma tiroideo tipo IV. Relata que no presentaba sintomatología evidente, pero accedió a realizarse exámenes médicos luego de que una amiga le sugiriera acudir a un chequeo preventivo. Para sorpresa de los profesionales de la salud, los estudios revelaron un cáncer avanzado de tiroides, lo cual llamó la atención debido a la ausencia de signos clínicos como dolor o alteraciones funcionales. A pesar del diagnóstico, la paciente inicialmente se negó a someterse a la cirugía debido al alto costo económico que implicaba el procedimiento. Pero su esposo es militar retirado en el cual ella se dirigió a Quito para que el Doctor especializado la pueda operar sin ningún costo ya que el hospital militar le cubrió los gastos.
Actualmente, María busca acompañamiento y orientación por parte del personal de Enfermería, ya que el desconocimiento sobre las enfermedades oncológicas y las secuelas postoperatorias aún le generan temor y ansiedad.