Definición: Capacidad de ajustar el mensaje según la audiencia, el medio y la situación para lograr mayor efectividad. Implica considerar el nivel de conocimiento del receptor, el entorno cultural y el canal utilizado. Esto garantiza una comunicación más pertinente y comprensible. Ejemplo: No es lo mismo presentar un informe a directivos que explicarlo a un cliente; el enfoque debe ajustarse.