Los esteroides anabólicos, directamente se encargan de estimular la producción de proteínas y transcripción génica de las fibras musculares, esto genera un aumento repentino tanto de masa muscular como fuerza. Debido a su elevada afinidad por los receptores de andrógenos tanto en células hormonales y musculares, dan una recuperación rápida después de realizar ejercicio. Se ha comprobado que el uso de estos a corto plazo aumentan la fuerza en un 5-20% y masa muscular en 2-5 kg, pero está alteración artificial en el equilibrio hormonal también trae desventajas poniendo así en riesgo la salud de las personas que hacen uso de estos, por ejemplo la supresión de síntesis de testosterona puede ocasionar atrofia testicular, hipertensión, daño hepático y renal. Producen modificaciones en el perfil lipídico, incrementando el colesterol LDL y reduciendo el HDL, lo que aumenta el riesgo cardiovascular, sumado a esto se pueden dar efectos neuropsiquiátricos como ansiedad, depresión y agresividad como consecuencia del desbalance de los neurotransmisores en nuestro cuerpo como dopamina, calcio intercelular, y serotonina.