Considero que la adopción de hábitos y estilos de vida saludables en los adultos mayores es una de las estrategias más importantes para promover el envejecimiento activo, prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida. A menudo se piensa que con la edad ya es "tarde" para hacer cambios, pero numerosos estudios demuestran que nunca es demasiado tarde para comenzar a cuidar la salud.
Una alimentación balanceada, la práctica regular de actividad física adaptada, el control del estrés, un buen descanso y el mantenimiento de vínculos sociales son pilares fundamentales para conservar la autonomía, prevenir el deterioro cognitivo y reducir la polifarmacia. Además, fomentar estos hábitos permite que el adulto mayor se sienta más útil, motivado y satisfecho con su vida.