Cálculos de líquidos de pacientes quirúrgicos y acciones de enfermería

Cálculos de líquidos de pacientes quirúrgicos y acciones de enfermería

de CUVI CHUCHO KATHY FERNANDA -
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El manejo adecuado de líquidos en pacientes quirúrgicos es crucial para mantener la homeostasis y prevenir complicaciones. Debido a que durante el período perioperatorio, los pacientes enfrentan múltiples factores que alteran su balance hídrico normal, incluyendo ayuno preoperatorio, pérdidas insensibles aumentadas, redistribución de líquidos y efectos de la anestesia. Las pérdidas de líquidos ocurren por sangrado, evaporación a través de las superficies expuestas durante la cirugía, redistribución hacia el tercer espacio, y las restricciones de ingesta oral antes y después del procedimiento. Además, la respuesta fisiológica al estrés quirúrgico y la anestesia puede alterar la función renal y hormonal, afectando la regulación normal de líquidos.

Por ende la importancia de estos cálculos radica en prevenir complicaciones como la deshidratación, sobrecarga hídrica, desequilibrios electrolíticos, hipotensión, compromiso de la perfusión tisular y falla renal. Un balance inadecuado puede prolongar la recuperación, aumentar el riesgo de infecciones, comprometer la cicatrización y generar complicaciones cardiovasculares graves.

Las acciones de enfermería en el manejo de líquidos incluyen el monitoreo continuo de signos vitales, especialmente presión arterial, frecuencia cardíaca y presión venosa central cuando esté disponible. Es fundamental realizar un balance hídrico estricto, registrando meticulosamente todos los ingresos como soluciones intravenosas, medicamentos, transfusiones y egresos como diuresis, drenajes, pérdidas insensibles, vómitos. La evaluación clínica constante incluye valorar el estado de hidratación mediante la observación de mucosas, turgencia de la piel, llenado capilar y nivel de conciencia.

La enfermera debe administrar líquidos según la prescripción médica, vigilando la velocidad de infusión y el tipo de solución. Es crucial monitorear los electrolitos séricos, especialmente sodio, potasio, cloro y magnesio, así como la función renal a través de creatinina y BUN. El control del peso diario proporciona información valiosa sobre el balance hídrico.