Mensaje emotivo
Crecer bajo una presión, no es perfección.
Hoy en día vivimos bajo una percepción de un sistema insertado como un chip dentro de nosotros impuestos por cada una de nuestras familias, una construcción en conjunto que muchas veces nos hace creer que una calificación define quienes somos y sobre nuestro futuro. Pero me pongo a pensar y cuestionar una nota no puede medir tu esfuerzo, tu creatividad, tu empatía ni todas las veces que te levantaste a estudiar a pesar de la presión y del cansancio obtenido, donde debemos recordar que no somos una cifra en un papel, ni un promedio en un boletín o plataforma.
Permitir que el estado de ánimo emocional dependa exclusivamente de los logros académicos es cargar con un peso injusto e indescriptible, ya que los errores no te hacen menos capaz, y los éxitos no son la única forma de validarte. Aprender a valorar tu proceso, a reconocer tus avances, aunque sean pequeños, y a darte permiso de fallar sin juzgarte ni lastimarte
Por lo que aceptar que somos más que nuestros resultados obtenidos académicamente no significa conformarse ni mucho menos hacerte menos, sino entender que el aprendizaje va más allá del aula y que el desarrollo personal es tan importante como el rendimiento escolar. Así que no te castigues, tortures ni te deprimas por no haber alcanzado una meta. Agradece tu esfuerzo, reconócete por seguir adelante y recuerda siempre que tu valor no está en una nota, está en todo lo que haces y en todo lo que eres.
Nota: El mundo de diez me arrebato mi niñez, la perfección no era mi admiración, la admiración era intimidación y el funcionar bajo presión familiar convirtió de mi lo que nunca quise ser.