El Estado de Flujo del Efectivo es un informe financiero fundamental que muestra los movimientos de efectivo y equivalentes de efectivo en una entidad durante un período determinado. Su propósito principal es informar sobre las entradas y salidas de efectivo clasificadas en tres actividades: operativas, de inversión y de financiamiento (IFRS, 2021). A diferencia de otros estados financieros como el balance general o el estado de resultados, este proporciona una visión clara de la liquidez de la empresa, permitiendo evaluar su capacidad para generar efectivo y cumplir con sus obligaciones inmediatas.
Los objetivos del Estado de Flujo del Efectivo son múltiples. Primero, permite evaluar la capacidad de la entidad para generar flujos de efectivo futuros. Segundo, ayuda a determinar la capacidad de la empresa para pagar dividendos y cumplir con sus deudas. Tercero, proporciona información útil para analizar las diferencias entre la utilidad neta y los flujos netos de efectivo provenientes de actividades operativas. Finalmente, es una herramienta clave para la toma de decisiones financieras y operativas, ya que muestra cómo se están utilizando los recursos líquidos (González & Rodríguez, 2018).
Su importancia radica en que mejora la transparencia financiera, facilita la toma de decisiones por parte de inversionistas, acreedores y otros interesados, y permite una mejor evaluación de la salud financiera de la entidad. Además, en contextos de incertidumbre económica, este estado se vuelve crucial para identificar posibles riesgos de liquidez y prever crisis financieras.
En conclusión, el Estado de Flujo del Efectivo no solo cumple una función informativa, sino también analítica y preventiva, siendo esencial para una gestión financiera responsable.
González, M., & Rodríguez, L. (2018). Contabilidad financiera: fundamentos y aplicaciones. Ediciones Académicas.
International Financial Reporting Standards [IFRS]. (2021). Norma Internacional de Contabilidad 7: Estado de Flujos de Efectivo. IFRS Foundation.