La planificación en la educación es fundamental porque permite organizar de forma clara y anticipada los objetivos, contenidos, metodologías y evaluaciones que se desarrollarán durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Desde mi punto de vista como estudiante universitario, una buena planificación garantiza que tanto docentes como estudiantes sepamos qué se espera de nosotros, lo que mejora la comprensión de los temas, el uso eficiente del tiempo y la calidad del aprendizaje. Además, ayuda a prevenir improvisaciones y a adaptarse mejor a las necesidades de los estudiantes, lo cual es clave para lograr una educación más inclusiva y efectiva.