Fuente: El Telégrafo
Fecha: 29-06-2025
La captura de alias “Fito”, el líder de Los Choneros, marca un hito importante para Ecuador, después de 17 meses de estar prófugo desde su fuga en enero de 2024. El operativo “Fénix 33” se llevó a cabo con una precisión impresionante, en un búnker en Manta, y sin ningún enfrentamiento violento, lo que demuestra la efectividad de nuestras fuerzas de seguridad. Este logro también resalta la fortaleza de la colaboración internacional, con el apoyo explícito de Israel, Estados Unidos, Alemania e Italia a la acción policial. El presidente Daniel Noboa aprovecha políticamente esta situación para reafirmar su postura firme contra el crimen organizado, reforzando su mensaje de “sin tregua”. Esto también ayuda a fortalecer la percepción de que el Estado tiene la capacidad operativa necesaria, lo que podría devolver algo de confianza a la ciudadanía.
Esta detención simbólica no cubre la necesidad urgente de reformas estructurales en el sistema penitenciario, que ha sido puesto a prueba por dos fugas de alto perfil. Siguen existiendo vulnerabilidades como la corrupción, la infiltración criminal y debilidades institucionales que requieren atención inmediata. Aunque la extradición de “Fito” a EE. UU. podría debilitar su influencia a corto plazo, también resalta los desafíos que enfrenta el sistema jurídico ecuatoriano. La cooperación técnica y la inteligencia internacional, con el apoyo de Israel, son fundamentales; sin embargo, esto no debería sustituir el fortalecimiento de las capacidades policiales y judiciales internas. Además, es crucial que haya control civil y transparencia para prevenir violaciones a los derechos humanos en el marco de medidas excepcionales.
El apoyo público de Israel refuerza la integración de Ecuador en redes globales de seguridad, lo que proporciona acceso a tecnología, capacitación y recursos especializados. Es fundamental que este impulso se traduzca en políticas sostenibles, más allá del impacto mediático inmediato. El país debe estar preparado para posibles represalias de grupos criminales, lo que requiere una inteligencia constante y una respuesta coordinada. La captura de “Fito” es una señal contundente de la capacidad del Estado y del respaldo internacional, pero su verdadero valor se medirá en la transformación institucional profunda y en la prevención de futuras fugas o violencia asociada.