En varias regiones del campo, cuando llegan grandes empresas que quieren sacar provecho rápido de la tierra, se producen muchos problemas. Estas empresas suelen usar químicos y técnicas que dañan la naturaleza, sin pensar en el futuro. La gente que vive en esas zonas, en cambio, está acostumbrada a trabajar de forma más tranquila, cuidando el suelo y el ambiente porque de eso dependen para vivir. Con la llegada de estas compañías, muchos pierden sus tierras, sus costumbres y su forma de ganarse la vida. Además, se contaminan los ríos y se destruyen bosques. Para cambiar esta situación, sería bueno que se creen espacios de diálogo donde todos puedan opinar y aprender unos de otros. También se podrían mezclar los métodos modernos con los conocimientos tradicionales, para proteger el ambiente y, al mismo tiempo, producir de forma responsable. Así, se lograría un equilibrio que ayude a las comunidades y permita trabajar juntos sin conflictos.