Una vez, mientras conversaba con un amigo que estaba pasando por un mal momento, decidí escuchar con atención. Me concentré en entender lo que sentía y pensaba, sin interrumpir ni apresurarme a dar consejos. Al final, me agradeció por haberlo escuchado sin juzgar, lo que fortaleció nuestra amistad y me hizo valorar aún más el poder de una escucha atenta y empática.
RECORDANDO EXPERIENCIAS RELACIONADAS A LA ESCUCHA ACTIVA
Número de respuestas: 062 palabras