Considero que tengo más desarrollada la inteligencia naturista, porque siempre he sentido una conexión especial con la naturaleza. Me gusta observar el comportamiento de los animales, cuidar plantas, y aprender sobre los distintos ecosistemas. Disfruto pasar tiempo al aire libre, caminando por parques, senderos o simplemente explorando el entorno natural.
Además, suelo identificar fácilmente patrones en la naturaleza, como cambios en el clima o comportamientos de los animales. Esta sensibilidad hacia el mundo natural me ayuda también a ser más consciente del impacto que tenemos en el medio ambiente y a buscar formas de vivir de manera más sostenible.
Creo que esta inteligencia se manifiesta no solo en mi interés, sino también en mi capacidad para entender y clasificar elementos del entorno natural de forma intuitiva.