Los síndromes geriátricos (SG), como el delirio, las caídas, la incontinencia y la fragilidad, son condiciones comunes en los adultos mayores que se diferencian de las enfermedades tradicionales. Su origen es complejo y multifactorial, a menudo relacionado con diversas enfermedades crónicas, y su evolución clínica no es lineal. A diferencia de las enfermedades que afectan un solo órgano, los SG pueden manifestarse de formas inesperadas; por ejemplo, una infección urinaria podría causar confusión sin otros síntomas urinarios evidentes.
Dado que los SG impactan múltiples sistemas del cuerpo simultáneamente, su manejo requiere un enfoque clínico integral e interdisciplinario. Esto significa que los modelos médicos tradicionales, que se centran en un solo órgano o enfermedad, deben ser adaptados. Comprender y analizar estos síndromes es fundamental para detectar tempranamente deterioros de salud, prevenir complicaciones, mantener la independencia funcional y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Un conocimiento profundo de los SG es clave para desarrollar estrategias de atención centradas en la persona, evitar hospitalizaciones innecesarias y abordar de manera holística los desafíos inherentes al proceso de envejecimiento.
Dado que los SG impactan múltiples sistemas del cuerpo simultáneamente, su manejo requiere un enfoque clínico integral e interdisciplinario. Esto significa que los modelos médicos tradicionales, que se centran en un solo órgano o enfermedad, deben ser adaptados. Comprender y analizar estos síndromes es fundamental para detectar tempranamente deterioros de salud, prevenir complicaciones, mantener la independencia funcional y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Un conocimiento profundo de los SG es clave para desarrollar estrategias de atención centradas en la persona, evitar hospitalizaciones innecesarias y abordar de manera holística los desafíos inherentes al proceso de envejecimiento.