Basándome en la experiencia vivida durante el juego educativo del MAIS-FCI, propongo como mejora integrar escenarios más realistas de casos clínicos y comunitarios en comunidades interculturales. Esto permitiría que los estudiantes no solo comprendan los principios del modelo, sino que practiquen la toma de decisiones en contextos reales de diversidad. También sugiero incluir momentos de reflexión grupal al final de cada ronda del juego, para reforzar el análisis crítico y el enfoque en determinantes sociales de la salud. De esta forma, el juego dejaría de ser solo lúdico y se convertiría en una herramienta de formación integral, que articula lo teórico con lo práctico, preparando mejor al futuro personal de salud para una atención humanizada y pertinente.