Adicciones comunes entre 18 a 30 años

Adicciones comunes entre 18 a 30 años

de ORTEGA POVEDA DOMENICA ISABEL -
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Guamán (2023) en Ecuador realizó un estudio “Funcionamiento familiar y adicción al internet en adolescentes universitarios”, asi se evidencia esta creciente problemática en la actualidad que pasa desapercibida a pesar de los daños que causa.

De acuerdo con la doctrina, las adicciones se dividen en dos tipos, las cuales son: 

a.      Adicciones a sustancias: Se encuentran calificadas en dos tipos: sustancias legales donde se encuentra el tabaco y el alcohol y las sustancias ilegales donde encontramos a la cocaína, el éxtasis y la marihuana.

b.     Adicciones conductuales: Este comportamiento está relacionado con la conducta de la persona hacia el trabajo, las compras compulsivas, el sexo, el internet, entre otros, estas conductas como el consumo de sustancias busca el mismo efecto

Adicción a las redes sociales: Se define como el espacio virtual donde se comparte información con diversas personas, de forma cotidiana, esto se puede realizar compartiendo videos, fotos, entre otras cosas y es de gran utilidad para el aprendizaje virtual entre las personas. Además, con el pasar de los años las redes sociales han avanzado a paso agigantado y esto es notable ya que gran parte de las personas la utilizan para obtener mayor conocimiento, en sus momentos libres entre otras cosas más (Tayyar et al., 2014). Asimismo, quienes la utilizan con frecuencia son los jóvenes, ya que se sienten acompañados compartiendo información con otras personas, pero esto es totalmente falso, ya que relacionan sus emociones mediante emoticones los cuales estarían remplazando su estado de ánimo, donde estas expresiones en la vida real se expresan mediante un movimiento corporal o un gesto al conversar con otra persona o amigos (Cornetero, 2019)

La solución factible: Consiste en implementar un enfoque integral que combine educación digital, técnicas de autocontrol, apoyo psicológico, alternativas de ocio y políticas públicas responsables. En primer lugar, fomentar la educación digital y emocional para que los jóvenes comprendan el funcionamiento de las redes sociales, los mecanismos que generan dependencia, y los efectos negativos que pueden tener sobre su salud mental y emocional. Esta educación debe impartirse desde colegios, universidades y espacios comunitarios, complementada con campañas en redes sociales lideradas por figuras de influencia positiva. Además, se deben aplicar técnicas conductuales de autocontrol, como el uso de aplicaciones que restrinjan el tiempo de conexión, establecer horarios fijos para el uso de redes, eliminar notificaciones innecesarias y practicar el método del “detox digital”, que implica tomar pausas programadas en el uso de redes para recuperar el equilibrio. Paralelamente, es esencial garantizar el acceso a apoyo psicológico para tratar problemas de ansiedad, depresión o baja autoestima que muchas veces son la causa subyacente de la adicción. La terapia cognitivo-conductual, el mindfulness y los grupos de apoyo son recursos eficaces en estos casos. Otra estrategia clave es fomentar alternativas de ocio saludables que sustituyan el tiempo excesivo dedicado a las redes sociales. La participación en deportes, actividades culturales, voluntariado o emprendimientos locales ofrece a los jóvenes formas de interacción social directa que fortalecen sus habilidades personales y disminuyen la necesidad de estar conectados permanentemente. Finalmente, es imprescindible que los gobiernos y las plataformas tecnológicas asuman responsabilidades. Las políticas públicas deben impulsar campañas educativas masivas sobre el uso responsable de internet, exigir a las plataformas mecanismos efectivos para limitar el tiempo de uso e implementar algoritmos más éticos que prioricen contenidos positivos y educativos. Debe ser un esfuerzo conjunto entre el individuo, las instituciones educativas, el sistema de salud, la sociedad y el sector tecnológico, priorizando siempre el bienestar integral de las personas por encima de la lógica del consumo y la hiperconexión digital.

Bibliografía

Cornetero, W. (2019). Adicción a redes sociales en estudiantes universitarios del séptimo y octavo ciclo de la facultad de psicología de una universidad privada en Lima Metropolitana. [Tesis de maestría, Universidad San Ignacio de Loyola. https://repositorio.usil.edu.pe/entities/publication/f581899bc1de-4ba2-a7e0-b25f4973ee7e

Guamán, A. (2023). Funcionamiento familiar y adicción al internet en adolescentes. [Tesis para obtener el título de Psicólogo clínico, Universidad técnica de Ambato]. https://repositorio.uta.edu.ec/handle/123456789/38597

Tayyar, D., Kurt, G., & Resul, M. (2014). Prevalence and risk factors of Internet addiction in high school students. European journal of public health, 24(1), 15-20. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23722862/#:~:text=Whereas%20the%20addiction%20rate%20was,depression%20and%20negative%20self%2Dperception