La adicción al alcohol, o alcoholismo, es un trastorno crónico en el cual la persona no puede controlar su consumo de bebidas alcohólicas, a pesar de conocer sus consecuencias negativas en su salud, relaciones, estudios o trabajo. Esta adicción puede empezar como un hábito social o una forma de escape emocional, y con el tiempo convertirse en una dependencia física y psicológica.
Síntomas frecuentes:
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Beber en exceso de forma regular.
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No poder dejar de beber una vez que se empieza.
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Necesidad de beber para relajarse o “sentirse bien”.
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Problemas de memoria, rendimiento o conducta por el consumo.
Solución factible:
Una solución efectiva incluye:
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Reconocer el problema (primer paso fundamental).
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Buscar apoyo profesional: terapia psicológica individual o en grupo, o ayuda en instituciones especializadas (como Alcohólicos Anónimos).
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Rodearse de entornos saludables, alejándose de ambientes donde el consumo de alcohol sea habitual o incentivado.
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Sustituir el alcohol por actividades que generen bienestar como el deporte, el arte o el voluntariado.