El asesinato de Santiago Rodríguez
El asesinato de Santiago Rodríguez, presidente de la Liga Deportiva Universitaria de El Carmen, no solo enluta al deporte manabita, sino que también refleja con crudeza la creciente violencia que atraviesa nuestro país. La muerte de un líder deportivo, abogado y figura pública, abatido a tiros en un restaurante y frente a testigos, evidencia que ya no hay espacios seguros ni para quienes dedican su vida al progreso de sus comunidades.
Rodríguez representaba una figura de liderazgo social y deportivo, combinando su rol como dirigente con el ejercicio del derecho y una gran presencia en redes sociales. Su asesinato no puede pasar como un dato más. Detrás de cada víctima hay un rostro, una familia, una historia de esfuerzo truncada por la violencia.
Es alarmante que, incluso en contextos como el deporte —donde debería primar el espíritu de comunidad, superación y paz— se infiltre la criminalidad. El ataque ocurrió luego de un partido en el que su equipo celebraba una victoria. ¿Cómo pasamos del festejo al luto tan bruscamente?
Este hecho debe llamarnos a la reflexión profunda sobre el Ecuador que estamos construyendo. La impunidad, la falta de garantías para la seguridad ciudadana y la normalización del crimen organizado nos están arrebatando referentes. Urge que las autoridades actúen con firmeza, pero también con humanidad, que se investigue a fondo este crimen y se llegue a la verdad.
Que la memoria de Santiago Rodríguez no se pierda entre titulares. Que su legado motive a seguir luchando por un país más justo, donde la pasión por el deporte, la justicia y la vida no sea una amenaza, sino una esperanza.