La programación fiscal es una herramienta fundamental dentro de la gestión de las finanzas públicas, ya que permite planificar y organizar de manera eficiente los ingresos y gastos del Estado en el corto, mediano y largo plazo.
Uno de los principales beneficios de la programación fiscal es que proporciona un marco para la toma de decisiones informadas sobre políticas de gasto e inversión pública, garantizando que estas estén respaldadas por los ingresos disponibles. Además, permite anticipar posibles desequilibrios fiscales y adoptar medidas preventivas para evitarlos, promoviendo así la estabilidad macroeconómica.
Sostenibilidad fiscal:
Asegura que el Estado pueda cumplir con sus obligaciones presentes y futuras sin comprometer su estabilidad financiera, evitando déficits fiscales excesivos o endeudamientos insostenibles.-
Responsabilidad fiscal:
Implica la obligación del gobierno de administrar los recursos públicos de manera prudente, con disciplina y previsión, cumpliendo las metas fiscales establecidas y respetando los límites de gasto. -
Transparencia:
Requiere que toda la información relacionada con la programación fiscal sea clara, accesible y comprensible para la ciudadanía, lo que permite el control social y la rendición de cuentas. -
Equilibrio presupuestario:
Busca que los ingresos del Estado sean suficientes para cubrir sus gastos, promoviendo un manejo fiscal ordenado y evitando desequilibrios que afecten la economía. -
Eficiencia en el uso de los recursos:
Garantiza que los recursos públicos se utilicen de forma óptima, priorizando el gasto en sectores estratégicos que generen mayor beneficio para la sociedad. -
Coherencia con la planificación nacional:
La programación fiscal debe alinearse con los objetivos y metas del Plan Nacional de Desarrollo y otros instrumentos de planificación, para asegurar una visión integral del desarrollo del país.