El uso de poliedros en el diseño de envases contribuye significativamente al desarrollo creativo al permitir la exploración de formas tridimensionales que van más allá de las estructuras tradicionales. Estas figuras geométricas, compuestas por caras planas, vértices y aristas, ofrecen posibilidades innovadoras que capturan la atención del consumidor y diferencian un producto en el mercado. Al adoptar poliedros como el dodecaedro, el octaedro o el icosaedro, los diseñadores pueden crear envases originales y atractivos que comunican exclusividad, modernidad o valores simbólicos, como estabilidad o equilibrio, según la forma utilizada. Además de su valor estético, los poliedros permiten desarrollar estructuras funcionales que optimizan el uso del espacio, facilitando el apilamiento o el ensamblaje eficiente, lo cual es útil para el transporte y almacenamiento. Esta característica también se vincula con propuestas sostenibles, ya que muchas de estas formas geométricas permiten diseñar envases resistentes con menos material, favoreciendo la reducción del uso de plásticos o cartón y fomentando el diseño ecológico. Algunos poliedros incluso permiten la creación de envases plegables o reutilizables.