1. Industria farmacéutica
Ácido carboxílico relacionado: Ácido salicílico
Ejemplos: Síntesis del ácido acetilsalicílico (aspirina)
En la industria farmacéutica, los ácidos carboxílicos son fundamentales en la síntesis de diversos medicamentos. Un ejemplo muy conocido es el ácido salicílico, un compuesto natural presente en la corteza del sauce. Este ácido posee un grupo carboxilo (-COOH) y un grupo hidroxilo (-OH) en un anillo aromático, lo que lo hace químicamente reactivo.
El ácido salicílico puede reaccionar con anhídrido acético para producir ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina, uno de los analgésicos más usados en todo el mundo. La aspirina tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas. Además, en dosis bajas se emplea como anticoagulante para prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares.
El grupo carboxilo es esencial porque participa directamente en la reacción de esterificación para la formación del ácido acetilsalicílico. Además, muchos otros fármacos contienen estructuras derivadas de los ácidos carboxílicos, como los antibióticos (ácido clavulánico), antiácidos y agentes antivirales, lo que demuestra su versatilidad y valor medicinal.
2. Industria alimentaria
Ácidos carboxílicos relacionados: Ácido benzoico y ácido propanoico
Ejemplos: Conservación de bebidas, mermeladas, pan y productos horneados
Los ácidos carboxílicos también tienen un rol muy importante en la conservación y seguridad de los alimentos. El ácido benzoico es un conservante natural que, junto con su sal (el benzoato de sodio), se utiliza para prevenir el crecimiento de bacterias y hongos en productos como jugos de frutas, gaseosas, salsas y mermeladas. Esta propiedad antimicrobiana se debe a que el grupo carboxilo puede alterar el pH del medio y afectar las membranas celulares de los microorganismos.
Otro ejemplo es el ácido propanoico, que se emplea especialmente en productos de panadería para evitar la aparición de moho. La sal de este ácido (propionato de calcio o sodio) es común en panes comerciales y alimentos almacenados por largos periodos.
El uso de estos compuestos está regulado por entidades como la FDA y la EFSA, que establecen concentraciones seguras para el consumo humano. Gracias a ellos, es posible extender la vida útil de muchos alimentos, evitar enfermedades alimentarias y reducir el desperdicio de productos perecederos.
3. Industria de los polímeros y plásticos
Ácido carboxílico relacionado: Ácido tereftálico
Ejemplo aplicado: Producción de PET (polietileno tereftalato)
El ácido tereftálico es un compuesto aromático con dos grupos carboxilo (-COOH), lo que lo convierte en un ácido dicarboxílico. Este ácido es clave en la fabricación del PET, un polímero que se obtiene mediante una reacción de policondensación entre el ácido tereftálico y el etilenglicol (un alcohol).
El producto final, el polietileno tereftalato, es un material ampliamente utilizado para fabricar botellas de plástico, envases, fibras textiles (poliéster) y otros productos industriales. Es valorado por su resistencia, ligereza, transparencia y capacidad de reciclaje.
Los grupos carboxilo del ácido tereftálico son fundamentales para establecer los enlaces éster en la estructura del polímero. Gracias a estas propiedades, los ácidos carboxílicos participan activamente en la creación de nuevos materiales que son parte de la vida cotidiana.
4. Cosmética y dermatología
Ácidos carboxílicos relacionados: Ácido láctico y ácido glicólico
Ejemplo aplicado: Tratamientos exfoliantes, antiacné y antienvejecimiento
En la industria cosmética y dermatológica, se utilizan varios ácidos alfa-hidroxi (AHA) que son derivados de los ácidos carboxílicos. Dos de los más comunes son el ácido láctico (presente naturalmente en la leche) y el ácido glicólico (extraído de frutas como la caña de azúcar).
Ambos compuestos actúan como exfoliantes químicos, ayudando a eliminar las células muertas de la capa superficial de la piel. Esto estimula la regeneración celular, mejora la textura de la piel, aclara manchas, y disminuye la aparición de arrugas finas o marcas de acné. También se emplean en tratamientos para hidratar la piel y mantener su pH equilibrado.
Su grupo carboxilo les permite interactuar con las proteínas de la piel y romper enlaces entre las células muertas, favoreciendo así la renovación cutánea. Son ingredientes activos en peelings químicos, sueros, cremas antiacné y productos antienvejecimiento.
Estos ácidos, aunque efectivos, deben usarse con precaución en concentraciones controladas, ya que pueden causar irritaciones si se aplican en exceso o sin supervisión profesional.