1. Industria farmacéutica: 

Se emplean como principios activos en la síntesis de medicamentos, particularmente en la producción de vitamina C (ácido ascórbico) y diversos fármacos antiinflamatorios como la aspirina (ácido acetilsalicílico).

2. Industria alimentaria: 

Funcionan como conservantes naturales y acidulantes en bebidas gaseosas, además de utilizarse en la elaboración de vinagre (ácido acético) y como reguladores del pH en productos alimenticios procesados. También se emplean en la fermentación de productos lácteos como el yogur y quesos, donde los ácidos láctico y propiónico contribuyen tanto al sabor característico como a la prolongación de la vida útil de estos alimentos.

3. Industria química: 

Sirven como materias primas para la fabricación de polímeros, especialmente en la producción de plásticos biodegradables y resinas sintéticas, así como en la síntesis de ésteres utilizados como solventes industriales, el ácido tereftálico constituye un componente clave en la manufactura del tereftalato de polietileno (PET), ampliamente utilizado en envases de bebidas.

4. Industria cosmética: 

Se incorporan como agentes exfoliantes en productos de cuidado personal, particularmente los alfa-hidroxiácidos en cremas antienvejecimiento y tratamientos dermatológicos para renovación celular, los ácidos glicólico y salicílico se utilizan específicamente en peelings químicos profesionales y productos para el tratamiento del acné.

Bibliografía: 

Smith, J. A. (2023). Química orgánica aplicada: Ácidos carboxílicos en la industria moderna (3.ª ed.). Editorial Científica Internacal