El vídeo nos muestra un ejemplo de una muerte evitable, resultado de fallas sistémicas. La falta de control prenatal impidió la detección oportuna de la hemorragia y la anemia severa que padecía la paciente, así como la demora en la realización de una cesárea de emergencia fue un factor crítico en el desenlace fatal, siendo también que también influyen las barreras socioeconómicas, la falta de acceso a planificación familiar y las demoras en el transporte agravaron su vulnerabilidad.
Para mi la solución es que tomemos más personal nuestro rol como futuros profesionales de la salud, el caso de la señora X nos confronta con una realidad ineludible desde un punto de vista salud pública y ginecología en un contexto social además de médico. Su historia evidencia que un enfoque puramente clínico es insuficiente y debemos abogar por un modelo que sea intercultural, escuchando y respetando los saberes de la comunidad; preventivo y fortaleciendo las redes de apoyo locales. Nuestra formación debe inculcarnos una profunda empatía y un fuerte compromiso ético, pues solo así podremos ayudar a prevenir estas tragedias y avanzar hacia una atención médica más justa y humana para todas las mujeres. Adicionalmente se debería hacer cambios en la atención clínica de calidad, oportuna y accesible, junto con robustas políticas de salud pública que aborden los determinantes sociales de la salud.