Este estudio evaluó el impacto de un programa de ejercicio de 6 meses en personas con obesidad mórbida previo a cirugía bariátrica. Se dividió a 22 pacientes en dos grupos según su nivel de asistencia: adherentes (≥80%) y no adherentes (<80%).
Los que asistieron regularmente lograron reducir peso, IMC, cintura, triglicéridos y presión diastólica, además de mejorar su resistencia física. En cambio, el grupo no adherente tuvo mejoras mínimas.
Aunque no se modificó la dieta, el artículo menciona que complementar el ejercicio con una alimentación saludable podría potenciar los resultados, sobre todo en los niveles de lípidos. El ejercicio por sí solo ya tiene efectos positivos, pero queda claro que combinándolo con una buena alimentación los beneficios serían aún mayores. Me pareció interesante ver cómo el cuerpo responde mejor cuando se unen ambas cosas: moverse más y comer mejor.