Sí, los adolescentes deberían poder votar desde los 16 años, siempre que hayan recibido una adecuada formación cívica. A esta edad, muchos ya trabajan, pagan impuestos o participan activamente en la sociedad, por lo tanto, también deberían tener derecho a decidir sobre quienes los representan. Además, permitirles votar puede fortalecer la democracia al fomentar una ciudadanía más activa y consciente desde temprana edad.