Hola Cynthia respondiendo a tu pregunta Permitir el voto a los adolescentes desde los 16 años no solo es un acto de inclusión democrática, sino también una apuesta por una sociedad más consciente y participativa. A esta edad, muchos jóvenes ya tienen un sentido claro de justicia, están informados sobre temas sociales y políticos gracias al acceso a la tecnología, y en muchos casos ya están involucrados en causas comunitarias o estudiantiles. Negarles el derecho al voto por su edad es subestimar su capacidad de análisis y su interés por el bienestar colectivo. Además, el voto temprano podría ser una herramienta poderosa para combatir la apatía política que caracteriza a muchas generaciones adultas. Si se educa adecuadamente en temas de ciudadanía, participación y derechos, el voto a los 16 no solo sería un derecho, sino una forma efectiva de construir ciudadanos comprometidos desde jóvenes. La democracia no se fortalece excluyendo, sino abriendo espacios de participación para todos los sectores de la sociedad, incluidos los adolescentes.