METABOLISMO DE LÍPIDOS

METABOLISMO DE LÍPIDOS

de VILLAMAR VELEZ KARLA THAIZ -
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El metabolismo de los lípidos es un proceso complejo que incluye la digestión, absorción, transporte, almacenamiento y utilización de las grasas, esenciales para la homeostasis energética y funciones celulares. Los lípidos dietéticos, principalmente triglicéridos y colesterol, se descomponen en el intestino delgado por acción de enzimas como la lipasa pancreática, generando ácidos grasos libres y monoglicéridos, que luego se incorporan a los quilomicrones para su transporte a través del sistema linfático y sanguíneo hacia tejidos periféricos (Guyton & Hall, 2020).

En el hígado, se produce la síntesis endógena de lípidos, incluyendo lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), que transportan triglicéridos hacia tejidos. Estas lipoproteínas se transforman en lipoproteínas de baja densidad (LDL), comúnmente conocidas como colesterol "malo", por su capacidad de depositar colesterol en las paredes vasculares y contribuir a la aterosclerosis. Por otro lado, las lipoproteínas de alta densidad (HDL) recogen el colesterol periférico para su transporte de regreso al hígado, proceso clave para la protección cardiovascular (Merck Manual, 2024).

La alimentación juega un papel fundamental en el mantenimiento de un perfil lipídico saludable. La ingesta excesiva de grasas saturadas y trans, presentes en alimentos ultraprocesados y grasas animales, se ha asociado con el aumento de LDL y mayor riesgo cardiovascular. En contraste, las grasas insaturadas (mono y poliinsaturadas) contribuyen a aumentar el HDL y disminuir los triglicéridos, favoreciendo la salud vascular (American Heart Association, 2023). Asimismo, el consumo excesivo de carbohidratos refinados puede estimular la lipogénesis hepática, elevando los triglicéridos plasmáticos y alterando el metabolismo lipídico (InfoAlimentos.org.ar, 2022).

Por tanto, la regulación del metabolismo de lípidos no solo depende del balance calórico, sino también de la calidad y tipo de nutrientes consumidos. Un patrón dietético equilibrado, bajo en azúcares simples y grasas saturadas, pero rico en grasas saludables, fibra y antioxidantes, es crucial para prevenir dislipidemias y enfermedades cardiovasculares (OMS, 2023).


Referencias