Al leer el artículo comprendí que la economía no es solo algo de libros o fórmulas, sino algo que vivimos todos los días, incluso sin darnos cuenta, me sorprendió mucho ver cómo en los tianguis en realidad se aplican de forma muy clara los principios económicos que se enseñan en clase, cosas como el precio, lo que se ofrece y lo que la gente compra dependen directamente de esa interacción entre lo que los vendedores pueden ofrecer y lo que los compradores están dispuestos a pagar.
Una parte que me llamó mucho la atención fue la idea de que el consumidor tiene una gran influencia como si fuera un rey que decide con su dinero qué se vende y qué no, de esa metáfora me hizo pensar en cómo nuestras decisiones de compra realmente influyen en lo que existe en el mercado, a veces creemos que solo las grandes empresas deciden todo, pero el artículo deja claro que, sin la demanda del consumidor, ningún producto tiene sentido, esto también me hizo darme cuenta de que en la actualidad vemos cómo ciertos productos suben o bajan de precio, o se vuelven más comunes o escasos, según las necesidades y los gustos de la gente.
Este artículo me dió una idea más clara y realista de cómo funciona la economía, me ayudó a entender que detrás de cada compra y venta hay una lógica, pero también hay personas, emociones, necesidades y decisiones, y que, aunque no seamos economistas, todos participamos en ese sistema cada vez que compramos algo, sobre todo en espacios tan comunes como un tianguis.