Personalmente, si bien no todos hemos tenido la experiencia, muchos coinciden en que intentar dejar el celular por un tiempo puede ser difícil al principio, por la costumbre de estar siempre conectados. Sin embargo, tal como muestra el caso del periodista de Clarín, también puede ser una experiencia liberadora. Al principio uno puede sentir ansiedad o incomodidad, pero con el tiempo se disfruta la tranquilidad, se mejora el enfoque y se valora más el tiempo. Por tanto, aunque cuesta, vivir sin celular por una semana no solo es posible, sino que puede ser muy beneficioso.