Sí, yo tuve mi primer celular a los 16 años, así que no crecí totalmente dependiente de él. Por eso, a mí no se me complica dejarlo por un tiempo. De hecho, he intentado estar sin usarlo durante algunos días, y aunque al inicio se siente raro –como si faltara algo en el bolsillo– después se vuelve una experiencia liberadora.
Pasar una semana sin celular puede parecer difícil, pero también trae muchas ventajas: se duerme mejor, hay menos ansiedad por estar pendiente de mensajes o redes sociales, y uno se da cuenta de cuánto tiempo se pierde frente a la pantalla. En mi caso, aproveché ese tiempo para leer más, compartir con mi familia y descansar la mente.
Pasar una semana sin celular puede parecer difícil, pero también trae muchas ventajas: se duerme mejor, hay menos ansiedad por estar pendiente de mensajes o redes sociales, y uno se da cuenta de cuánto tiempo se pierde frente a la pantalla. En mi caso, aproveché ese tiempo para leer más, compartir con mi familia y descansar la mente.