Sí, intenté dejar de usar el celular por unos días y fue una experiencia bastante reveladora. Al principio me sentí algo ansioso, como si me estuviera perdiendo de algo. Pero con el tiempo, comencé a disfrutar más de mi entorno, presté más atención a las personas a mi alrededor y aproveché mejor el tiempo. Me di cuenta de cuánto dependía del celular sin notarlo. Fue difícil, pero también muy liberador.