La ciencia desempeña un papel fundamental para entender cómo y por qué el clima está cambiando. Gracias a investigaciones científicas, hoy sabemos que el incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero, producto de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, está acelerando el calentamiento global. También se ha avanzado en modelos climáticos que permiten predecir eventos extremos y estudiar sus efectos a corto y largo plazo. Sin embargo, esta información no siempre llega de forma clara a la población ni se traduce en políticas efectivas. Por ello, es importante que la ciencia se comunique con la sociedad, y que los gobiernos y comunidades trabajen juntos para tomar decisiones basadas en evidencia. Invertir en educación científica y en investigación climática es clave para anticiparnos a los riesgos y diseñar soluciones que minimicen los impactos del cambio climático en nuestras vidas.