El artículo presente relata sobre el caso deun chico de 28 años. Nick Norwitz, un experto en salud metabólica de 28 años, realizó un experimento en el que ingirió un huevo cada hora durante 30 días, lo que equivale a 720 huevos y 133,000 mg de colesterol alimentario. A pesar de la alta ingesta de colesterol, su colesterol LDL no aumentó y de hecho se redujo un 2% en las primeras dos semanas y un 18% en la segunda quincena después de introducir carbohidratos saludables en su dieta. Norwitz concluyó que la clave para mantener niveles saludables de colesterol no está en la ingesta de grasas y colesterol, sino en la cantidad y tipo de carbohidratos que se consumen. Según Norwitz, cuando se consume colesterol, el cuerpo produce la hormona colesina, que se une a un receptor en el hígado llamado GPR146, lo que inhibe la síntesis del colesterol endógeno y mantiene el equilibrio. Su experimento sugiere que el cuerpo mantiene la homeostasis o equilibrio, incluso cuando se consume una gran cantidad de colesterol alimentario.