En este artículo se habla sobre un experimento que hizo un estudiante de Harvard llamado Nick Norwitz. Él quiso comprobar si realmente el colesterol que viene en los alimentos, como en los huevos, afecta tanto al colesterol en la sangre como siempre nos han dicho. Para eso, durante un mes comió 24 huevos al día, o sea 720 huevos en total.
Lo sorprendente fue que, en lugar de subirle el colesterol malo (LDL), este le bajó. En los primeros 15 días bajó un 2%, y en los siguientes 15 días bajó aún más, un 18%. En esa segunda etapa, también comenzó a comer frutas que le daban unos 60 gramos de carbohidratos al día, como plátanos, cerezas y arándanos. Según él, eso también pudo ayudar en la reducción del colesterol.
Norwitz explica que el cuerpo puede regular su propia producción de colesterol según lo que recibe. O sea, si comes más colesterol, el cuerpo puede producir menos, y así se mantiene el equilibrio. También dice que esto probablemente solo funciona bien si la persona está sana y tiene buen metabolismo.
Aunque el experimento tuvo buenos resultados, no significa que todos podamos hacer lo mismo, ya que cada cuerpo reacciona diferente. Él mismo aclara que esto fue algo personal y no es una recomendación para que cualquiera empiece a comer esa cantidad de huevos. Lo importante es siempre consultar con un profesional antes de hacer cambios drásticos en la alimentación.