Un microorganismo ampliamente utilizado en procesos de biorremediación es la bacteria Pseudomonas putida. Esta bacteria ha demostrado una notable capacidad para degradar una amplia variedad de contaminantes orgánicos e inorgánicos, incluyendo hidrocarburos derivados del petróleo, compuestos aromáticos tóxicos como el benceno, tolueno y xileno, así como ciertos pesticidas y metales pesados presentes en suelos y cuerpos de agua contaminados.
La acción de Pseudomonas putida en la biorremediación se basa en su metabolismo versátil. Esta bacteria produce enzimas como oxigenasas y deshidrogenasas, que le permiten romper enlaces químicos complejos en los contaminantes orgánicos para utilizarlos como fuente de carbono y energía. Además, puede secretar biosurfactantes que emulsifican los hidrocarburos, facilitando su acceso y posterior degradación. Gracias a estos mecanismos, P. putida es capaz de transformar compuestos tóxicos en productos no peligrosos como dióxido de carbono, agua y biomasa microbiana.
Una aplicación concreta de Pseudomonas putida se da en la limpieza de áreas afectadas por derrames de petróleo. En estos casos, la bacteria se introduce al medio contaminado para acelerar la degradación de los hidrocarburos presentes, reduciendo el daño ambiental y favoreciendo la recuperación ecológica del área.